NUESTRA HISTORIA

El Valle de Uco adquirió su nombre de un cacique Huarpe Millcayak, que residió en lo que es hoy Tupungato. Posteriormente, cerca del 1490, a estas tierras llegaron los Incas desde Perú y casi 120 años después
en 1608 los jesuitas se instalaron en Mendoza, fundando la estancia San José,
que dio nacimiento a la comunidad donde hoy se ubican la Finca y la Bodega Atamisque,
dos de las cuatro unidades que comprenden Tierras Atamisque.

Esta propiedad poseía 19 mil hectáreas; que luego fueron divididas entre varias familias oriundas de Tupungato, hasta que en 2006 la adquirió John Du Monceau, un belga- francés, apasionado y visionario que se enamoró del lugar y decidió vivir allí junto a su esposa, Chantal Así fundaron Bodega Atamisque, diseñada por los arquitectos Eliana Bórmida y Mario Yanzón. De líneas netas, grande por dentro (5.000 m2 ) y con una fachada adaptada al hábitat, se destaca por sus unicos techos de piedra laja y las paredes que emulan los horizontes del suelo, las diferentes capas pedregosas de la zona que otorgan una característica única a las uvas del lugar. Aunque es una arquitectura sin aspiraciones vanguardistas, fue en sus inicios revolucionaria porque no se había visto en la provincia una estructura con techo a dos aguas. Alrededor de las naves, se expande el oasis de la viña compuesto por 135 hectáreas de uvas tintas Malbec, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Pinot Noir, Merlot, Petit Verdot, y las blancas Chardonnay, Sauvignon Blanc y Viognier.

En 2007 la bodega tuvo su primera elaboración. Tres líneas de vinos, bautizadas con nombres de vegetación del lugar: Serbal, con una producción de vinos jóvenes y frescos; Catalpa, que remite a la franja premium; y Atamisque, ultra premium.
Los vinos se aprecian en Rincón Atamisque, el restaurante que fue inaugurado en 2008 y que cuenta con enormes ventanales que integran el interior al exterior, pero que también presenta mesas afuera para los días soleados, y un menú por pasos y a la carta basado en los productos de la finca. Otros espacios que pueden disfrutarse son la Estancia Atamisque, ubicada en la zona de La Carreray que pasó a ser parte de Tierras Atamisque en 2010; el Golf, que abrió sus greens en 2011; los Lodges, inaugurados en 2012, y la centenaria Estancia La Alejandra, con un encantador estilo gauchesco, desde donde se puede recorrer la zona a caballo.

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